"Ciclo de Conferencias del Instituto Aeronaval con motivo de su Cincuentenario en adhesión al Primer Centenario de la Aviación Naval"
"Nuestra Institución quiere celebrar su cincuentenario, a la vez de adherirse al Primer Centenario de la Aviación Naval. Como parte de lo previsto se darán una serie de Conferencias en el Centro Naval, en su sede de la calle Florida de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La primera de ellas fue dada por el Señor Vicepresidente Primero Capitán de Navio Dn. Juan Membrana el 28 de noviembre próximo pasado, y se tituló "El sueño de volar sobre el Mar, los precursores 1890-1910". Dándonos a conocer la génesis de la actividad aérea en la Armada Argentina.
Están previstas del orden de cuatro Conferencias más por parte del mencionado Señor Oficial Superior y una por parte del Corresponsal Naval Pablo Arbeletche, quién disertará sobre la vida del Almirante Marcos Zar. Se pretende con las mismas recorrer la joven historia del uso de los medios aéreos en la Armada Argentina.
El Instituto Aeronaval de esta manera pretende, con este modesto aporte, dar a conocer a todos los usuarios de nuestro Sitio esa pasión que hace que los hombres y mujeres de Mar lleven a cabo operaciones navales con medios aéreos, sin dejar de ser marinos.
Por este medio les informaremos las fechas de las Conferencias en la idea que todos puedan concurrir, a la vez que las subiremos en nuestro Sitio¨.
Rafael L. Sgueglia
“El sueño de volar
sobre el mar”
Los precursores de la Aviación Naval 1890 - 1916
Señoras y Señores, buenas tardes
Me siento muy honrado por esta oportunidad que se me ha
concedido de hablar del comienzo de las Alas Navales, en este Centro Naval, en
esta nuestra casa.
Esta charla a la que titulado “El sueño de volar sobre el mar,
Los precursores de la Aviación Naval” es la primera de una serie de reuniones
similares organizadas por el Instituto Aeronaval, en adhesión a dos
acontecimientos que tendrán celebración durante el próximo año 2016, el
Centenario de la Aviación Naval de la Armada Argentina y el Cincuentenario de
la creación del ya mencionado Instituto Aeronaval.
Este Instituto fue creado el 11 de marzo de 1966 por
iniciativa del entonces Comandante de la Aviación Naval, VAlte. Don Jorge Duyos
apoyado por el Capitán de Corbeta Enrique Fortini (padre), siendo elegido como
su primer Presidente el CAlte. Aviador Naval Don Eduardo Aumann.
A lo largo de este ciclo, expondremos sobre los precursores,
los fundadores, los inicios de la actividad dentro de la orgánica naval, la
etapa de consolidación profesional, los portaaviones y la participación y
desempeño en la guerra por la reconquista de nuestras islas Malvinas.
Pero previo a entrar de lleno en esta exposición considero
necesario compartir con todos ustedes un sincero homenaje a quienes desde el
comienzo pusieron su vida en manos de Dios nuestro señor, desarrollando con los
medios que la Nación les confiara, esa silenciosa tarea de defender a la Patria
desde y sobre el mar.
Para ello he tomado dos ejemplos, de los más de cien, que
demuestran que los riesgos en la actividad aeronaval han sido, son y serán una
constante que debemos conocer y gestionar, el primero la pérdida de nuestro
primer instructor de vuelo y segundo hombre en ser autorizado a volar en la
Armada, el condestable de primera Joaquín Oytaben, el 16 de octubre de 1915.
Y el segundo la tripulación del avión Tracker 2AS26, mi
tripulación, compuesta por los Sres. Tenientes de Fragata Dn Javier Diamante y
Dn. José Gahn acompañados por el Cabo Segundo Gustavo Marquez como Mecánico, que se precipitara a tierra durante un vuelo de
instrucción, en final corta de la cabecera 16 de la Base Aeronaval Cdte.
Espora, un día como hoy 26 de noviembre a las 17:11 hs, 25 años atrás.
TRACKER 2-AS-26 TFAV José Gahn TFAV Javier Diamante CSAE Gustavo Marquez 26 noviembre 1990 |
Como su Comandante los he tenido siempre presentes y ruego a
Dios que su sacrificio no haya sido en vano.
Todos ellos ofrendaron su vida en pos del servicio a la Armada
y a la Nación toda.
Los invito entonces a que nos pongamos de pié y honremos con
un minuto de silencio a todos los hombres de la Armada Argentina, que desde
1915 y hasta hoy volaron alto muy alto para que el sueño de volar sobre el mar
se hiciera realidad.
¡Muchas gracias!
Que nos hayamos dado cita y estamos recordando en este
centenario salón, como se desarrolló la “Volación en la Armada” expresión de
comienzos del siglo XX para develar las actividades desarrolladas en el aire,
no es casual ya que esta casa fue el nido acogedor donde las ideas se
desarrollaron, reuniéndose los hombres de las Fuerzas Armadas de fines del siglo 19 y principios del 20 con
los precursores civiles de la Aviación Argentina, mirando los desarrollos en
Europa y los EE.UU. traduciendo artículos y dándolos a conocer a través del
Boletín del Centro Naval y de la Revista Militar Argentina que publicara en ese
entonces el Círculo Militar.
Los artículos más antiguos se sitúan temporalmente en los
comienzos de la década del 80 del siglo 19, coincidente con ese gran movimiento
nacional que los historiadores denominan la “Generación del Ochenta”.
En su libro “Los marinos de la Generación del ochenta”, el CN
Dn Guillermo Andrés Oyarzabal, menciona:
“Dentro de la clasificación de las fuentes éditas se destaca
el Boletín del Centro Naval, que desde su lanzamiento en 1882 fue creciendo
progresivamente hasta convertirse, en pocos años, en la publicación más
significativa de la Marina de Guerra.”
Paradigmáticamente nuestro país, no era ajeno al empleo militar
de medios aéreos, ya en época de la Guerra de la Triple Alianza un oficial de
artillería e ingeniero de origen polaco, incorporado a las Fuerzas Argentinas
bajo el mando del Gral. Mitre y que había combatido en la Guerra de Secesión en
los EE.UU. había sido parte de las primeras ascensiones de globos cautivos para
la observación del campo de batalla y la conducción del tiro eficaz de la
artillería.
El Capitán del Ejército Argentino Roberto Chodasiewicz llegó
al país a pedido de Domingo Faustino Sarmiento en octubre de 1865. Fue
trasladado de inmediato al frente norte de la ciudad de Corrientes, desde allí
como ingeniero militar realizó varios análisis de la disposición de las
fortalezas paraguayas y su actuación profesional fue muy reconocida entre los
oficiales aliados.
Cuando Brasil concretó la adquisición de un globo cautivo de
observación, en él cumplió más de 20 ascensiones cautivas, la más importante a
fin de observar el campo de combate previo a las acciones de la segunda batalla
de Tuyutí, el 08 de julio de 1867.
El primer empleo en América del Sur de un medio aéreo para el
combate, se desarrolló producto del esfuerzo combinado de Brasileros y
Argentinos durante la Guerra de la Triple Alianza (1865 -1868) El Capitán de Ejército
Argentino Roberto Chodasiewicz de origen polaco, ascendió hasta 750 piés y
durante 50 minutos, en un globo cautivo perteneciente al Ejército de Brasil, a
fin de observar el campo de combate previo a las acciones de la segunda batalla
de Tuyutí, el 08 de julio de 1867.
Finalizada la guerra se casó en Buenos Aires y sufrió como
tantos otros guerreros del Paraguay las vicisitudes de la posguerra,
falleciendo en esta ciudad el 17 de agosto de 1896. Sus restos descansan en el
Cementerio de la Recoleta.
Quienes continuaron con las investigaciones a nivel mundial
del posible uso de medios aéreos aplicados a las operaciones navales, fueron
las marinas de Gran Bretaña y Alemania, con el sistema de observación conocido
como “barriletes militares” traducción de la expresión “cerfs volants
militayre”.
A esa primera experiencia militar con globos cautivos, se
suman a partir de 1885 las actividades de varios globos civiles, que utilizan
el espacio aéreo como ámbito de exhibición y para el entretenimiento de las
multitudes de la cada vez más poblada y cosmopolita Buenos Aires.
El primer artículo en el BCN aparece en 1891 y trata sobre
“Los globos cautivos empleados como vigías” donde se describe el empleo por
parte del ejército ruso de un globo cautivo que les permite observar las
maniobras de la Flota Francesa del Mediterráneo, a 46 millas de distancia de la
costa.
El 25 de diciembre de 1907, don Aarón de Anchorena, quien ya
había practicado aeroestación en Francia, realiza acompañado por el Ingeniero
Jorge Newbery la primera ascensión en su globo “PAMPERO” punto inicial de la etapa
de los precursores.
Pronto fundarán, Anchorena (su primer Presidente), Newbery,
Mascias y otros destacados deportistas civiles y militares del Ejército
Argentino, el Aero Club Argentino, con fecha 13 de enero de 1908.
A partir de 1910 comienzan entonces a aparecer “los más
pesados que el aire”, construidos sobre las experiencias de vuelo de Santos
Dumont y los hermanos Wright, fundamentalmente traídos por europeos, franceses
e italianos. El primer vuelo mecánico en nuestro país lo realiza el 06 de
febrero de 1910, el piloto francés Henry Breguí con un avión Voisin y motor de
60 HP en el hipódromo de Longchamps.
A esta nueva actividad y en la llamada Escuela Aérea Argentina
es donde ingresa nuestro primer precursor ya con uniforme de la Armada, el
entonces Teniente de Fragata Don Melchor Zacarías Escola.
El Teniente de Fragata Escola egresado de la Escuela Naval
Militar en el año 1900 con la Promoción Nro. 26 del Cuerpo General, tenía una
real vocación por el vuelo. Tanto es así que solicita autorización a sus
superiores para efectuar un curso de aviación de manera privada y se lo
autoriza sin perjuicio de sus funciones del servicio activo. Cabe también
destacar que todos los gastos fueron solventados por su sueldo personal.
Obtiene su “patente” de Piloto el 23 de octubre de 1912 y la de aeronauta el 08
de abril de 1913, siendo acreedor de los Brevets Internacionales números 15 y
19 respectivamente.
En 1912 el Ingeniero Jorge Newbery comienza a trabajar en la
idea de dotar a nuestras Fuerzas Armadas (en ese momento sólo Ejército y
Armada) con una Flotilla de Aviación Militar. La idea recibe el apoyo y
aprobación del Ministro de Guerra , General Gregorio Vélez y el de Marina
CAlte. Juan P. Sáenz Valiente y se concreta el 10 de agosto de 1912, al
inaugurarse la Escuela Militar de Aviación en terrenos del Palomar. Su primer
director el propio Jorge Newbery.
Melchor Zacarías Escola es parte de esa primera Promoción de
Pilotos Militares.
Posteriormente en 1913, la Armada envía de pase a ese
instituto a los suboficiales y cabos, Jacinto Riera, Juan Guerín y José
Scapuzzi para prestar servicios y seguir cursos de mantenimiento de motores y
montaje de aviones (O.D. 166/913).
En 1914 se incorpora al curso de vuelo el Teniente de Fragata
Mario Sarmiento, Promoción 14 de la Escuela Naval.
En ese año también se decide enviar a Europa, al Tte. Escola y
a los Suboficiales Riera, Guerín y Scapuzzi, que llegan a Francia pero que al
poco tiempo deben regresar al país producto de la 1ra. Guerra Mundial. Luego de
su retorno publican varios trabajos sobre construcción y prueba de aeronaves y
motores.
Simultáneamente surge otra figura emblemática de los
Precursores Aeronavales, nos referimos al Condestable de 1ra. Artillero, JuanJoaquín Oytabén. A partir de 1913 se instruye en una escuela de vuelo civil
dirigida por el Ing. Antonio Guido Borello, a la sazón Piloto y Constructor
aeronáutico. Fue el Ing. Borello el constructor del Farman “El Colorado” en el
que Oytabén aprendiera a volar.
Oytabén había nacido en Vigo, España el 13 de mayo de 1881 e
ingresado a la Armada como aprendiz en 1898.
Oytabén es autorizado a seguir cursos de vuelo, sin perjuicio
de sus funciones en la Base de Río Santiago, y con cargo a su propio sueldo en
1914 (expte. 4-0-1073/914). Al promediar el año ya volaba sólo y sus compañeros
le piden el 25 de mayo, que realice un vuelo de demostración en Honor a la
fecha Patria. Este vuelo no termina muy bien ya que al sobrevolar el Crucero Acorazado
“General Belgrano”, un ala toca uno de los palos y el avión se desploma sobre
el buque, pero por suerte sin consecuencias personales.
Pese a ello, las autoridades navales de Río Santiago deciden
reparar el avión en ese Arsenal y le dan participación al Suboficial Carpintero
de Ribera Guillermo Covas, artífice de la reparación y desde ese momento figura
clave en la reparación y construcción de los aviones navales de tela y madera.
Para darle continuidad orgánica a esta actividad se decide
organizar los medios y el personal y se suma el hecho que Oytabén ofrece su
avión, ahora ya reparado, como primera aeronave de escuela para difundir la
actividad de vuelo entre el personal de la Armada. Comienza así la actividad en
la Escuela de Fuerte Barragán.
Lamentablemente el 16 de octubre de 1915, hace ya poco más de
cien años, mientras realizaba un vuelo de practica sólo, nuestro primer
Instructor el condestable Oytabén, sale despedido durante una ráfaga de viento
de su avión (dado que no usaba cinturón de seguridad) y cae desde 250 mts de altura.
La muerte de Oytabén y la destrucción del único avión de instrucción ponen fin
a la actividad pionera en Barragán.
Esta situación genera un “impasse” en la actividad aérea que
será contrarrestado a puro esfuerzo y tezón por los precursores, suboficiales y
oficiales que vuelan, “los locos del aire” que pasarán de una simple tarea casi
deportiva, a concebir una organización que de nacimiento en la Armada a una
arma de capacidades insospechadas que obrará de factor multiplicador de fuerza
en las Operaciones Navales.
¡Muchas gracias !
Nota del autor: Este trabajo se basa enteramente en la narración
histórica desarrollada por el Sr. CAlte Don Pablo Arguindeguy en el Tomo I de
la Historia de la Aviación Naval, los aportes del historiador Sr. Eloy Martín,
el hallazgo de la partida de nacimiento original de Oytabén , producto de la
investigación de Juan Gonzalo Membrana y la revisión cumplida por Rodrigo
Membrana.
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