Obra del AGCV Ernesto GIOLITTI |
Las operaciones aéreas navales en el
Teatro de Operaciones del Atlántico Sur comenzaron el 28 de marzo de 1982 con
el embarco a bordo del portaaviones ARA "25 DE MAYO" y de otros buques
de un grupo aeronaval, compuesto por aviones de ataque, antisubmarinos y
helicópteros, los cuales intervinieron en la recuperación de las Islas
Malvinas.
El 3 de abril, un helicóptero AI-03 "Alouette"
fue la primera aeronave en entrar en combate directo con el enemigo, durante la
recuperación de Grytviken, Islas Georgias.
Desde el primer momento, luego de recuperadas
las islas, y hasta poco antes de la caída de Puerto Argentino, se sucedieron
sin interrupciones los vuelos de exploración y de transporte.
Se totalizaron así durante el
conflicto 1000 horas de vuelo explorando el mar argentino en busca del enemigo,
con el que se obtuvo contacto en 180 oportunidades, permitiendo, en algunas de
ellas el accionar posterior de los aviones de ataque y en otras la certeza de
su ausencia para la seguridad de los vuelos.
A estas cifras, de por sí elocuentes, deben
sumarse 233 vuelos efectuados en tareas de búsqueda y rescate, de evacuación de
heridos y de enlace, siempre dentro del área de batalla.
Fueron transportados cientos de hombres
y toneladas de materiales debiendo burlar el bloqueo británico, lo que obligo,
en la mayoría de los casos, a realizar los vuelos en horario nocturno y a
aterrizar en puerto argentino en condiciones meteorológicas fuera de los
limites de seguridad.
El martes 4 de mayo de 1982, la Aviación
Naval de la Armada Argentina abrió un nuevo capítulo en la historia, asestando un duro golpe a la
fuerza de tareas británica.
Aquella brumosa mañana de mayo, en un rincón desolado del Atlántico Sur
la tripulación de un solitario y veterano avión «NEPTUNE» de exploración, al límite
de su vida operativa, detecto unidades de superficie británicas al sudeste de
puerto argentino, y proporcionó los datos para que una sección de aviones «SUPER
ETENDARD» atacara con sus misiles EXOCET y hundiera al destructor HMS
"SHEFFIELD".
El empleo de aviones de exploración en combinación con aeronaves de ataque
lanzadoras de misiles aire-superficie constituía hasta ese momento una técnica
de combate inédita, nunca antes utilizada por país alguno. El resultado de esa
operación provocó que la fuerza de tareas enemiga se viera obligada a
introducir drásticos cambios en la concepción de su empleo.
Tal fue la importancia de este acontecimiento, que a la luz de las
acciones posteriores, puede aseverarse con fundamento que el conflicto de
Malvinas se dividió en dos etapas: antes y después
del hundimiento del HMS "SHEFFIELD".
Es por la trascendencia de este hecho, que el 4 de mayo de cada año la
Armada Argentina conmemora el día de su Aviación Naval.
Luego de esa fecha, las aeronaves navales continuaron produciendo bajas
al oponente, hundiendo al porta-contenedores SS "ATLANTIC CONVEYOR", a
las fragatas HMS "ARDENT" y HMS "ANTELOPE", infligiendo
averías a un destructor clase County, a la fragata HMS "ARGONAUT" y
al portaaviones HMS "INVINCIBLE", que recibió el impacto de un misil.
La relación
entre los medios empleados y los resultados obtenidos en términos del sostén
logístico proporcionado, de información obtenida, de apoyo brindado, de daños ocasionados
a la fuerza de tareas expedicionaria enemiga y de amenaza, es un testimonio elocuente
del esfuerzo y la capacidad profesional demostrados por la AVIACIÓN NAVAL de la
ARMADA ARGENTINA.
Tanto en mar
abierto como en la emboscada de cañones y misiles montada por la flota
británica en el Estrecho de San Carlos, los marinos aviadores que combatieron
transportando, explorando y atacando sobre las Islas Malvinas o fuera de ellas,
dieron pruebas de coraje y abnegación, que pagaron en algunos casos con el alto
precio de sus vidas.
Así cayeron
en combate:
Capitán
de Corbeta Carlos Zubizarreta
Teniente de Fragata Marcelo Gustavo Márquez
Teniente de Fragata Carlos Alberto Benítez
Teniente de Corbeta Daniel Enrique Miguel
Suboficial Mayor Aeronáutico Ramón Barrios
Suboficial Segundo Aeronáutico Roberto Lobo
El personal
de la Aviación Naval, pilotos y tripulantes, mecánicos y técnicos, militares y
civiles, como demás integrantes de la armada, cumplió con su deber, con
subordinación y lealtad.
Lo hecho no
fue en vano, sino que ha sido el principio de un fin que inexorablemente se
concretara cuando nuestro pabellón ondee orgulloso definitivamente en Puerto
Argentino.
FUENTES CONSULTADAS
MACH 1 Nº 62.
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