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miércoles, 15 de junio de 2011

MISIÓN SANITARIA EN CHILE

A mediados de mayo de 1960 se produjo un violento terremoto en Chile, que afectó principalmente el sur del país, ocasionando gran pér­dida de vidas y cuantiosos daños materiales.
El gobierno argentino dispuso un plan de asistencia con donacio­nes de ropa, alimentos y medica­mentos que se transportaban en tren hasta Bariloche y desde allí a Puerto Montt en aviones de la Fuer­za Aérea Argentina.
La ARMADA ARGENTINA destacó dos aviones C-47, el CTA-23 y el CTA-25 a San­tiago de Chile para incorporarse al puente aéreo que estaba organiza­do y controlando la Fuerza Aérea Chilena (FACH).

Tripulaciones:
CTA-23
TNAV Eduardo CLARO
TFAV Domingo LADAGA
SIAE Humberto RODRÍGUEZ
CIAE Aníbal FERNÁNDEZ
CIAE Raúl RODRÍGUEZ
Doctor Ernesto ESCUDERO
Doctor Alberto COUCHOUD

CTA-25
TFAV Héctor A. MARTINI
TFAV Miguel A. GRONDONA
SSAE Edmundo FRANZONI
CPAE Ricardo RODRÍGUEZ
CIAE Nicolás VEGA

El Doctor ESCUDERO era el Jefe del DEPARTAMENTO EVACUACIÓN SANITARIA DEL MINISTERIO DE SALUD PÚBLICA, y el Doctor COUCHOUD pertenecía al mismo.
El CTA-23 era un C-47 normal, al que se le habían adaptado cami­llas y el CTA-25 era un avión espe­cialmente configurado como sani­tario, equipado con un quirófano, pulmotor, incubadora y el instru­mental necesario para atender emergencias.
El CTA-25 se incorporó al Co­mando de Transportes de la FACH el 24 de mayo de 1960 y el CTA-23 lo hizo el 2 de junio, permanecien­do ambos hasta el 10 y el 13 de junio respectivamente.

Bajo el comando del Coman­dante de Transporte de la FACH se organizó un puente aéreo donde, además de aviones chilenos, había rusos y de todos los países ameri­canos, desde canadienses hasta argentinos. Por la mañana las tripulaciones concurrían a operaciones, donde en un pizarrón estaban anotados todos los aviones y se fijaban: hora de des­pegue, destino, alternativa y carga.
En los vuelos al sur se transpor­taba ropa, alimentos, medicamen­tos y elementos de construcción, como ser chapas y maderas. En los vuelos de regreso a Santiago se lle­vaban heridos y gente que había perdido todo.

Al aproximarse a Santiago se in­formaba la cantidad de personas a bordo y la condición en que estaban, requiriéndose, si era necesario, am­bulancias o transportes en general. Al estacionar, se desembarca­ba a los evacuados, que eran reci­bidos por estudiantes voluntarios quienes registraban sus datos y los remitían a los distintos lugares de albergue.

Se debe considerar la configu­ración del terreno, en general mon­tañoso, las pocas ayudas radioeléctricas (era 1960), lo que resultaba un reto para las tripulaciones.
En el caso de los dos aviones navales argentinos, las tripulacio­nes estaban adiestradas para este tipo de operación debido a los vue­los en el sur de nuestro país, en especial en Tierra del Fuego, muy similar al sur chileno.

Todos lo aviones que integraban el puente aéreo pertenecían a la Fuerza Aérea de sus paises, los úni­cos aviones navales eran los dos argentinos.

En cuanto al mantenimiento, Estados Unidos había organizado un taller de apoyo con repuestos, principalmente de C-47. De modo que al arribar se dejaba una lista de novedades que eran soluciona­das durante la noche, para que el avión estuviera listo y cargado a primera hora del día siguiente.

A cada avión se le asignó un ofi­cial de la FACH como enlace y una enfermera para colaborar con los médicos.

Por ser el CTA-25 el único y más completo avión ambulancia, en ge­neral se le asignaban las evacua­ciones más graves y comprometi­das, siendo uno de los últimos en regresar a Santiago.
La actividad era intensa, se decolaba aproximadamente a 0800 y se regresaba a 2000 horas, estima­tivamente. Esto se mantuvo entre el 24 de mayo y el 10 de junio, donde no se voló solamente el 8 de junio. Al llegar a destino se debía des­cargar los materiales y coordinar con las autoridades sanitarias del lugar la evacuación de los heridos.

Dado que la meteorología fue siempre adversa, con bajo plafond, nubes con formación de hielos, llu­vias y, generalmente, al regresar a Santiago, se encontraba niebla y baja visibilidad, se debía operar por instrumentos. Algunas tripulaciones volaban bajo las nubes, a voces rasante, mientras lo permitía la visibilidad, otras veces iban por instrumentos,

En Santiago se entraba por instrumentos porque tenía buenas radioayudas. Ade­más, al regresar muchos aviones de noche, se debía ordenar el tráfi­co para hacerlo fluido y seguro.

En otro viaje a Valdivia fuimos designados nueve aviones, entre ellos los dos navales argentinos, porque se estaba por romper un dique sobre el río Riñihue y podía inundar la ciudad. En especial ha­bía que evacuar un orfelinato don­de había más de setenta huérfanos de entre 5 y 8 años. El CTA-23 debía evacuar otra gente, el C-47 normalmente lleva­ba 20 pasajeros adultos o 2000 kgs. de carga. El CTA-25 tenía motores poten­tes y se decidio llevarlos como carga. El vuelo, por instrumentos y con turbulencia moderada no fue muy confortable. Los chicos hicieron de todo, de modo que adentro estaba «desprolijo». Aquí fue la gran labor solidaria y humanitaria de los me­cánicos y la enfermera, que los en­tretenían para que no se asustaran y trataban de limpiar lo posible.

Lo complicado fue al llegar a Santiago, cuando la Torre pidió «cantidad de almas a bordo» y se le contestó «setenta y ocho». Se pro­dujo un silencio y luego «pregunto tipo de avión»; cuando se respon­dió «C-47» el silencio fue mayor. Era una emergen­cia real, el avión podía hacerlo, la tripulación estaba adiestrada y no se podía dejar los chicos en Valdi­via porque no pudo entrar otro avión.

RESUMEN DE LA OPERACIÓN

                                      CTA-23          CTA-25
Permanencia (días)        12               18
Días de operación             9               17
Cantidad de vuelos        31               46
Horas voladas                  72.0          108.5
Horas instrumental        22.4           19.5
Horas nocturnas              15.3           35.5
Pasajeros                         200           220
Carga                         19.000 kgs.    15.000 kgs.

Ciudades donde se operó: Santiago de Chile, Temuco, Valdivia, Ancud,Rancagua, Puerto Montt, Angol, Concepción, Purrauque, Osorno y Los Angeles.       

 
RECOPILACION:
Lorenzo Borri

FUENTES CONSULTADAS :
REVISTA MACH 1 (Circulo Informativo Profesional de la Aviación Naval Argentina) Nº 67. 

NOTAS:

LA INFORMACION RELACIONADA CON EL PERSONAL PARTICIPANTE EN LAS OPERACIONES ESTA EXTRAIDA DE LOS MEDIOS MENCIONADOS EN LAS REFERENCIAS, NO EXPRESAN NI REFIEREN A NINGUN LISTADO OFICIAL DE LA AVIACION NAVAL ARGENTINA

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